domingo, 3 de mayo de 2009

SON 6 EUROS


 Se ha producido un comentario al último post. Se me pregunta sobre la financiación del proyecto Geobase. No es este blog el lugar adecuado para tratar tales cuestiones. Sin embargo no hay nada que ocultar, creo sinceramente que todo lo contrario, por eso  trataré del asunto económico por extenso (este será el mensaje mas largo que he publicado), pero solo esta vez. Espero que comprendáis que no conteste a más comentarios sobre el asunto de los dineros.

 Hace ya unos quince años, el cuerpo de Registradores hizo una apuesta decidida por las tecnologías. El Registro del siglo XIX, se veía ya insostenible a finales del XX.

 La apuesta fue colectiva, de toda la corporación. Los Registradores somos probablemente los profesionales que paguemos la cuota colegial mas elevada (tanto en cuantía como en proporción a nuestros ingresos) de cuantas corporaciones profesionales existen en el mundo. Nuestro pago al Colegio se dedica fundamentalmente a inversión en tecnología. Los libros registrales (millones y millones de folios) se digitalizaron a cargo del presupuesto colegial. Los desarrollos en Firma Electrónica Reconocida (al mismo nivel que los de cualquier otra entidad de certificación pública o privada) están siendo sufragados del mismo modo. Los programas de gestion informática (exclusivos para el mundo registral y punteros a nivel mundial) se desarrollan por Registradores de carne y hueso, sin percibir emolumento alguno por ello. Y sobre todo, la tarea de impartir constante formación tecnológica a mas de 1000 compañeros y casi 10.000 profesionales que trabajan en los Registros, es acometida directamente de manera colectiva por nosotros mismos.  

 Y hacemos este esfuerzo porque sabemos que el Registro del siglo XXI tiene que ser un REGISTRO DIGITAL Y GRAFICO. Y si no logramos que lo sea, estamos convencidos los Registradores de que, simplemente, el Registro del futuro, no existirá, o al menos nosotros no lo llevaremos. Nos va en ello la función.

 En paralelo a este esfuerzo económico corporativo y global, (desde el primer hasta el último Registrador participamos en estos costes, según nuestro escalafón) durante estos años, cada uno de nosotros en nuestras oficinas registrales hemos abordado tareas

imposibles de asumir a nivel global. Por ejemplo, los asientos literarios que se han ido redactando, primero a mano, luego mecánicamente, desde 1861, han sido informatizados por cada Registro de la Propiedad. La ingente tarea de rellenar manualmente los campos informáticos de nuestra base de datos, nos ha obligado durante muchos años a pagar empleados dedicados exclusivamente a esta árida tarea (desde aquí mi reconocimiento a todos ellos) y sin obtener ingreso económico aparente alguno por ello. Y digo aparente, porque el resultado final ha consistido en la posibilidad de proporcionar a los usuarios registrales una cantidad y una calidad de publicidad  inimaginables en otros tiempos (con la evidente repercusión económica que para nuestros ingresos ello ha representado).

 Y lo mismo ocurre en Geobase, las Oficinas Técnicas Territoriales son parte de la estructura del Colegio y se sufragan con cargo al presupuesto colegial, alimentado por las cuotas de los Registradores. Y los gastos de identificación de los Registros, son sufragados por el propio Registro de la Propiedad de que se trate.

 Nosotros los Registradores no decidimos lo que hemos de cobrar por cada una de las operaciones registrales que llevamos a cabo; los precios del Registro vienen marcados por ley y la ley nos ordena cobrar "6 euros" por cada base gráfica registral que nos solicita el usuario del Registro (concepto arancelario de "otras certificaciones").

 Obviamente este precio no cubre el coste del servicio, pero estamos convencidos los Registradores de que la base gráfica de la finca registral esta llamada a ser el soporte de los muchos nuevos negocios que el cuidado del  medioambiente ha de proporcionar a la sociedad del futuro. Y ahí estaremos nosotros para dar seguridad jurídica  a esos nuevos negocios y para obtener entonces ingresos económicos proporcionados a esa función. Invertimos en futuro.

 Alguno de vosotros me diría, "el catastro es gratis". Y yo le respondería "no es verdad". El catastro nos cuesta bastante mas caro (quede claro además que opino que cualquier cantidad que se invierta en catastro es poca) , primero porque se sufraga con el dinero de todos a través de nuestros impuestos, seamos o no seamos usuarios de la información catastral y segundo porque la base gráfica registral no pretende (como tantas veces intento explicar) reflejar la realidad aparente del territorio, sino someter al análisis de un jurista registral especializado las descripciones que de sus propiedades hacen los propios dueños y este análisis individual y responsable no es una mera representación gráfica, sino la certificación registral expedida por un fedatario público susceptible de producir efectos frente a terceros. 

1 comentario:

ljas dijo...

Tengo la intuición de que el desarrollo e implantación de Geobase transforma por completo el RdP decimonónico. En aquel momento no había "inmatriculación" (tampoco en 1944-1946 aunque el legislador diga otra cosa: se importó un concepto vacío de contenido). En 1861 el legislador estaba preocupado por la inscripción de los derechos (cargas ocultas, hipotecas generales, etc) para dar dinamismo a los inmuebles y favorecer el desarrollo económico. Y ese Registro, con sus defectos descriptivos, fue un éxito que hoy pervive. Sin embargo, los tiempos exigen un paso más: el registro gráfico y digital con la asunción (o participación) del Registro en nuevas funciones (información asociada y mercados territoriales).
Geobase y la coordinación con el Catastro (art. 53.7 Ley 13/96, a pesar de ser conceptualmente erróneo) convierten al Registro en un Registro de fincas y no,
únicamente, en un Registro de derechos reales. Por esta razón, con Geobase hay verdaderamente inmatriculación de continentes y no una mera inscripción de contenidos.