viernes, 26 de octubre de 2012

LA IMPORTANCIA DE UN CROQUIS O LA ANÉCDOTA DE LA BOTA



En mi tarea diaria de validar bases gráficas, siempre pregunto a David dos cosas. Criterios de validación: aquellas circunstancias que indican que la base gráfica se corresponde  con la descripción de la finca que aparece en el folio registral. Escenarios de configuración: el material ortofotográfico o cartográfico tomado como referencia para trazar el lindero perimetral de la base gráfica.
“¿Y cuáles son los criterios para validar esta finca?” Pregunto esperando las respuestas habituales. “Pues no hay mucho D. Oscar, es una escritura antigua y como criterio prácticamente solo aparece el nombre de la calle. Pero la escritura viene acompañada de un croquis”.
Con la calle solamente no se puede identificar una finca. En este caso, la finca provenía de una segregación de otra finca matriz y el resto de linderos eran personales. En estos casos se prescinde de la identificación gráfica de la finca y se pasa a otra. Sin embargo, cuando se acompaña un buen plano de situación, la cosa cambia porque si está bien georreferenciado, es preciso y se sitúa sobre imágenes del territorio, no hay mejor criterio para poder identificar la finca. Justo, justo lo contrario del plano que acompañaba a esta escritura.  


“Pero David, como vamos a utilizar este trozo de papel  para identificar la finca. Ni esta georreferenciado, ni tiene rigor alguno, ni”…… “Pero (me interrumpió David) tiene forma de bota y en esa calle la única finca que tiene forma de bota es esta. No puede ser otra.  


Por supuesto la base gráfica de la finca en cuestión quedó debidamente validada. 

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