EL VALOR DEL DESLINDE (O LA TEORIA DEL AGUA Y
LAS GALLETAS)
¿Por qué tener una finca bien deslindada?
Alguien imagina una botella de agua sin agua o una caja de galletas sin caja.
Lo que vale, sin duda, es el agua o las galletas, pero es la botella o la caja lo que permite a su contenido tener algún
valor.
La finca es al dominio, lo que la botella es
al agua o la caja a las galletas: el recipiente (el continente) imprescindible
para que la propiedad (su contenido) tenga valor. Sin su finca, la propiedad inmobiliaria
no puede transmitirse, no puede ser objeto de garantía hipotecaria, no puede
ser soporte de responsabilidad patrimonial.
Es preciso tener al dominio envasado en su
finca, está claro que esa es una condición mínima de su valor, pero también está
claro que el embase de un producto es la imagen del producto y nos habla de su
calidad. Una finca descrita de manera confusa, con linderos personales,
superficie aproximada o situación imprecisa, es una caja de galletas con fecha
de caducidad vencida, es decir, contiene un producto peligroso. Por eso cuando la finca se encuentra
correctamente deslindada y debidamente inscrita en el Registro de la Propiedad,
es cuando esa finca adquiere realmente todo su valor.
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