EN ESTOS TIEMPOS DE CRISIS ECONOMICA
En estos tiempos de crisis económica, los
Registradores, como tantas otras organizaciones, estamos obligados a adaptar
nuestra tradicional función al nuevo modelo económico que se está comenzando a
diseñar. La sociedad necesita que los Registradores nos “reinventemos” a su
servicio.
El valor de la propiedad inmobiliaria, tal y como
hasta ahora lo hemos conocido, ha de ser
sometido a una profunda revisión. En un futuro más o menos cercano (cuanto más
tardemos en encontrar el nuevo modelo más larga será la crisis) no se tratará
simplemente de comprar, vender o hipotecar inmuebles, sino “modos de vida”.
Cuestiones tradicionalmente ajenas a la circulación
del crédito territorial, como la sostenibilidad, la calidad ambiental, las
costumbres o hábitos enriquecedores del
ser humano y su entorno, el ahorro energético, el esfuerzo o el respeto,
tendrán un valor económico real, los ciudadanos y los agentes económicos
transaccionarán sobre ellos para lograrlos o enajenarlos y se convertirán, si
no lo están haciendo ya, en valores cotizables al alza en mercados reales.
Efectivamente, el Medio Ambiente será uno de los principales objetos de
inscripción en el Registro de la Propiedad.
El problema de la conservación
medioambiental solo hallará una definitiva solución, cuando conservar sea más
lucrativo para el ciudadano individual que destruir, cuando el medioambiente
constituya en sí mismo, con independencia de consecuencias globales, un valor
de inversión para cada individuo concreto, cuando, en definitiva, exista un
mercado medioambiental generador de riqueza ecológica, de la que nos beneficiemos todos. Y, si ha de existir un
mercado medioambiental sobre el territorio, el mismo requerirá seguridad
jurídica para ser desarrollado adecuadamente y esta finalidad, la de la
seguridad, la de la confianza, que es la misma a la que venimos sirviendo desde
hace más de ciento cincuenta años, creemos los Registradores que podemos seguir
atendiéndola con la misma eficacia que hasta el momento hemos demostrado en los
mercados hipotecarios tradicionales.
Pero si el medio ambiente resulta
uno de los ejes esenciales sobre el que ha de girar el nuevo ciclo económico,
el otro gran eje está constituido por la tecnología del conocimiento. Una
tecnología tan potente como peligrosa si se abusa o desprecia como tal.
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