miércoles, 22 de agosto de 2012


EN ESTOS TIEMPOS DE CRISIS ECONOMICA


En estos tiempos de crisis económica, los Registradores, como tantas otras organizaciones, estamos obligados a adaptar nuestra tradicional función al nuevo modelo económico que se está comenzando a diseñar. La sociedad necesita que los Registradores nos “reinventemos” a su servicio.  

El valor de la propiedad inmobiliaria, tal y como hasta ahora lo hemos conocido,  ha de ser sometido a una profunda revisión. En un futuro más o menos cercano (cuanto más tardemos en encontrar el nuevo modelo más larga será la crisis) no se tratará simplemente de comprar, vender o hipotecar inmuebles, sino “modos de vida”.

Cuestiones tradicionalmente ajenas a la circulación del crédito territorial, como la sostenibilidad, la calidad ambiental, las costumbres o hábitos  enriquecedores del ser humano y su entorno, el ahorro energético, el esfuerzo o el respeto, tendrán un valor económico real, los ciudadanos y los agentes económicos transaccionarán sobre ellos para lograrlos o enajenarlos y se convertirán, si no lo están haciendo ya, en valores cotizables al alza en mercados reales. Efectivamente, el Medio Ambiente será uno de los principales objetos de inscripción en el Registro de la Propiedad.
El problema de la conservación medioambiental solo hallará una definitiva solución, cuando conservar sea más lucrativo para el ciudadano individual que destruir, cuando el medioambiente constituya en sí mismo, con independencia de consecuencias globales, un valor de inversión para cada individuo concreto, cuando, en definitiva, exista un mercado medioambiental generador de riqueza ecológica, de la que nos  beneficiemos todos. Y, si ha de existir un mercado medioambiental sobre el territorio, el mismo requerirá seguridad jurídica para ser desarrollado adecuadamente y esta finalidad, la de la seguridad, la de la confianza, que es la misma a la que venimos sirviendo desde hace más de ciento cincuenta años, creemos los Registradores que podemos seguir atendiéndola con la misma eficacia que hasta el momento hemos demostrado en los mercados hipotecarios tradicionales.

Pero si el medio ambiente resulta uno de los ejes esenciales sobre el que ha de girar el nuevo ciclo económico, el otro gran eje está constituido por la tecnología del conocimiento. Una tecnología tan potente como peligrosa si se abusa o desprecia como tal.

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